El mundo hoy se mueve por lo que se puede ganar. Este
es el motivo que impulsa para poder hacer las cosas, nadie invierte tiempo y
esfuerzo si no hay ganancia.
La iglesia tampoco es la excepción. No estamos
dispuesto a invertir nuestro tiempo en algo si no hay ganancia. Nos preguntamos
muchas veces ¿Cuál es el beneficio que obtendré si hago esto o aquello? Pareciera
que lo que hacemos, por fuerza, tiene que darnos el resultado que nosotros
queremos, si no, es una pérdida de tiempo.
Por ejemplo, muchas veces decimos: ¿Que gana la
iglesia con un campo blanco? A veces pareciera que en vez de ganar lo
contabilizamos como perdida: de tiempo, y esfuerzo, y dinero; pero, muchas
veces es necesario detenernos a pensar, ¿Qué ganamos?
* Ganamos porque el evangelio del Señor es predicado,
* ganamos porque desarrollamos un ministerio,
* se establece un liderazgo con los que se han
entregado al Señor
* se forman nuevos pastores llamados al ministerio,
* se añade una nueva obra,
* nuevos convertidos al Señor,
* transformando familias y comunidades y como
resultado: nuestra nación
* Somos usados por Dios para llevar su palabra
Debemos dejar de tener una mente mezquina, y ver el
todo, lo que Dios quiere. Nos podemos convertir muchas veces en el freno del
progreso de su obra cuando pensamos más en el beneficio que recibiré, que en lo
mucho que podemos dar.
Hay muchas barreras y muros que levantamos, que
impiden el Progreso de la obra del Señor. No necesariamente tenemos que verlo
que de todo lo que hagamos tenemos que ganar. Mateo 16:25, “Jesús dijo: el que pierda su
vida por mi causa la hallara”. En el reino es distinto. Hay que perder para
ganar, pero, de todo lo que hagamos recibiremos la recompensa del Señor. Sigamos
haciendo su voluntad, y buscando la santidad, que son esenciales para llegar a
la eternidad. Entonces, ¿Qué ganamos? Habremos ganado la vida eterna y le
veremos cara a cara. Recordemos entonces: es necesario esforzarnos y no
desmayar, que Dios nos dé fuerza para seguir extendiendo su reino y llevando su
evangelio a todos aquellos que lo necesitan.
Luis y su esposa Doris son pastores de la Iglesia de Sandidad Amigos por Siempre. Pastor Luis da clases de Biblia en el Instituto de Enfermeria.
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