Pastor Luis participando en la capacitacion de instructores del IETI |
Cuán difícil se vuelve muchas veces, cuando vemos que
no se miran los resultados deseados, todos tenemos aspiraciones y anhelos, y
nos esforzamos por lograrlos y poderlos llevar acabo y así sentirnos
realizados. Esto lo podemos llevar acabo en nuestra vida cotidiana, pero Dios
nos hizo un llamado para poder servir en su iglesia y así trabajar en ella; es
por esa razón que el trabajo que realizamos en la obra del Señor no se vuelve
estéril y sin fruto; pensemos por un momento, ¿cuántas personas en nuestra vida
habremos podido tener un contacto o nos hemos relacionados con ellos?, ¿cuántas
personas han cambiado por esa relación que hemos tenido con ellos?, ¿cuántos habremos
impactado durante nuestro caminar?, y pareciera que la vida se vuelve injusta
cuando las personas no valoran, ni honran el trabajo, ni el esfuerzo y la
pasión con que se hacen las cosas.
Muchas veces sucede así; pero su palabra dice que
nuestro trabajo en Él no es en vano, es satisfactorio ver vidas cambiadas,
familias transformadas por el poder del evangelio de Jesucristo, y esto comenzó
por nuestra obediencia hacia Él, su trabajo en la obra del señor si es útil,
para aquellos que han sido cambiados, por las familias donde se ha sembrado el
evangelio por nuestra obediencia, quizás no recibamos la recompensa del ser
humano, pero recibiremos la recompensa del Rey de Reyes.
Tenemos muchos ejemplos que nos inspiran acerca del
trabajo en su obra, el mayor de ellos es el de Jesús, quien a pesar del
desprecio, los que no lo valoraron, dio su vida por todos sin excepción, y
somos nosotros el fruto se su obra, estoy seguro que El puede decir que no fue
en vano su amor, su sacrificio, su obra.
La palabra dice no nos cansemos de hacer el bien, a
todos; a los particulares, como a los de la familia de la fe. Nuestro trabajo en el Señor siempre tendrá resultados,
más, cuando hacemos su voluntad.
Muchas veces nos tocará salir del lugar donde crecimos,
dejar familias y amistades, Iglesia, pero es allí donde verdaderamente nos
damos cuenta que hemos podido impactar a muchas personas y entonces decimos que
el trabajo que realizamos en el Señor no es en vano.
La vida tiene que continuar e ir adaptándonos a los
nuevos cambios, pero recordemos que comienza nuevamente el trabajo en el Señor
con nuevas personas, familias, e iglesia y volveremos a repetir el ciclo, pero
el trabajo que realizamos para El, nunca es y será en vano, que Dios derrame
bendiciones sobre sus vidas y nos llene de nuevas fuerzas, a él sea la gloria
por todas las edades.
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