Tendemos a veces a aceptar ciertos estereotipos de imagines de grandeza en este mundo. Pero la riqueza, la salud y la fama no son necesariamente indicadores de la verdadera grandeza humana. Pastor Reinaldo López, uno de los hombres más grandes que he conocido, vivía en condiciones humildes. Su salud se había deteriorado continuamente durante los últimos diez años de su vida. Cada día se hizo más difícil cumplir lo que el más le gustaba hacer, era la predicación de la Palabra de Dios. Durante estos últimos diez años hermano Reinaldo no podía hacer el trabajo físico limitando su capacidad a ayudar a mantener económicamente a su familia. Él nunca buscó la fama entre los hombres. Su grandeza en los ojos de cada persona que lo conocía vino de su deseo de servir a Cristo entre los más necesitados de la población.
Reinaldo se caso con su esposa Florencia cuando él tenía 23 años y aceptó a Cristo como su Salvador personal dos años después. Él vivía una vida de fidelidad a su esposa y era un modelo ejemplar para sus cuatro hijos y sus nietos. El pastor era conocido en toda la comunidad por su preocupación por los demás, por sus convicciones y su dedicación al servicio de Cristo. El deseo de su vida era de ser obediente en su servicio a Dios.
Reinaldo había sido pastor de una congregación en Choluteca antes del huracán Mitch. A veces el recordaba que Mitch llevo el edificio de la iglesia y también llevo la mitad de los miembros de la congregación. Con el inicio del nuevo ministerio regional en 1999 por la Iglesia de Santidad y la Misión Evangélica Mundial, pastor Reinaldo comenzó a trabajar con el equipo regional del ministerio.
Hermano Reinaldo fue uno de los miembros fundadores de la Iglesia Shalom en febrero 2009. El pastor Reinaldo era un instrumento muy importante dentro de nuestra iglesia Shalom, era parte del cuerpo de pastores que predicaban en la iglesia, tenia a cargo un grupo de discipulado, daba enseñanzas en escuela dominical, era parte del concilio y viajaba a la aldea de las Cuchillas que es uno de los campos blancos que tiene nuestra iglesia donde el compartía la Palabra de Dios y lo hacía con pasión y entrega prueba de ello es que ni aun con su enfermedad dejo de ir y predicar el evangelio.
Su deseo era de morir predicando. Así fue, unos diez días antes de su muerte, el pastor predico por última vez.
Tal vez su legado seria ese último sermón evangelistico que predico en el 7 de mayo. Hoy quedan los frutos y recuerdos del trabajo que realizo por ultima ves antes de su partida, el día 28 de julio en la aldea de 7 de Mayo Namasigue predico su ultimo mensaje en una campaña que la iglesia preparo donde se convirtieron al Señor 11 almas para Cristo. La semilla quedo sembrada ya que una semana después otras 2 personas mas se convirtieron al Señor producto de su mensaje. Hoy ya queda un antecedente marcado en ese lugar porque ya quedo un grupo formado donde se reúnen cada martes con las personas que aceptaron al Señor, todo esto a solo 12 días antes de su partida.
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